Hace tiempo que el Gobierno Zapatero dijo autoexigirse el conseguir aprobar la reforma de la edad de jubilación antes de final de año. Ante la duda, el sábado pasado aceptó retrasar el acontecimiento hasta el 28 de enero, precisamente el día en el que, hace un año, trascendiese que Zapatero quería elevar hasta los 67 años la vida activa de los españoles. Y ahora el PP ha conseguido que el objetivo se difumine para acercarse ha las elecciones locales y autonómicas. La política trata de la gestión de los tiempos y sabiduría es saber del dicho que dice que “el dicho al hecho hay mucho trecho”. Y mucho más cuando el líder/la lideresa está estresado/estresada por los acreedores/las acreedoras.
Dicen los periodistas que los ayudantes del jefe de Gabinete de Rajoy en Génova ya están repartiendo Embajadas.. Por ejemplo como ha hecho Berlusconi con los tránsfugas del Olivo. Yo creo más bien está sucediendo lo contrario, que Rajoy No quiere forzar la convocatoria de elecciones para que Zapatero se cueza bien cocido haciendo daño a su base social con los ajustes impuestos por los acreedores y heredar así «la casa lo más medio limpia posible». No hay más que ver la cara de angustia de los cargos socialistas en Ayuntamientos de importancia para entender que la estrategia puede ser, por puro contagio, más eficaz de lo esperado. El sociólogo Arriola debe pensar que ustedes han de entender esa estrategia como un tributo necesario para que se visualice cualquier tipo de recuperación económica algo así como “si ellos se van, todo lo malo desaparecerá por pura lógica”. Para ello el PP muestra el ejemplo del efecto provocado por la sustitución del Govern – tripartit por el de CiU. Pero Arriola no puede pretender convencer de la bondad social de esa estrategia sin que Rajoy haya intentado ayudar algo al Gobierno a sanear cuanto antes el funcionamiento de alguno de los mercados de bienes y servicios que más reticencias ofrecen a los acreedores. Al fin y al cabo la vida enseña que los gestores desaparecen pero las estructuras permanecen Ya me gustaría leer las anotaciones que están haciendo los embajadores alemán y norteamericano al respecto del extraño papel que ha decidido hacer el PP en las negociaciones del Pacto de Toledo. . Seguro que los embajadores están anotando que «si ésta es la estrategia para llegar a las puertas del poder, mejor es que cambien de asesor no sea que terminen heredando la irreversible pobreza. Ni siquiera el fracasado Ferrán llegó a parecer tan tonto en este asunto como parece serlo Arriola. Todos sabemos que que Díaz Ferrán Cheap , ex-presidente de la CEOE, fue un hombre sin complejos. Tan sin complejos sigue siendo que, después de haber hecho trampas en el balance consolidado de Marsans, todavía sigue sin pagar a Hacienda y traba todo lo posible a que los concúrsales puedan entregar al FOGASA los datos para que puedan empezar a cobrar los 2.000 trabajadores despedidos por ese ex-presidente de la CEOE. Ferrán podía compaginar su trabajo de moroso profesional con el de de la presidencia de la principal patronal española porque sus comilitones le dejaban hacer gracias a que intervenía en el juego de las sillas en la política nacional. Por ejemplo susurraba alto en público de lo astuta y útil que les era Esperanza Aguirre. Ferrán siempre hacía de «malo» proponiendo al Gobierno medidas impopulares de política económica. Ferrán hacía el favor haciendo de malo para que el Gobierno hiciera de arbitro sensato y justo. Por ejemplo, Ferrán propuso, cuando Air Comet – Marsans ya había estallado, que los trabajadores tuvieran que cotizar al menos cuarenta años Purchase para recibir toda la pensión y que se contabilizase toda la vida laboral para calcular la prestación. Imagínense a RODRIGO rato subiéndose por las paredes al escuchar a Ferrán cuando ya había decidido repartirse el dinero del FORB en prejubilar 4.00 trabajadores de Caja Madrid y evitar la quiebra del crédito en el interbancario y así hacer con el poder en el SIP. Imagínense lo que pensarían en aquel momento los controladores de AENA de la propuesta de Ferrán cuando ya pensaban negociar con Fomento poder jubilarse a los 55 años de edad.
Es muy antiguo el debate social sobre la prolongación de la vida activa como exigencia para el cobro de una pensión pública. Más antiguo es el debate entre los economistas académicos. Pero ahora es una oferta política que ha ido a ponerse de actualidad gracias a las exigencias del mercado de acreedores. Así, por causa de de Solbes aceptando cumplir con el populismo que quería Moncloa los males de un largo periodo de endeudamiento exterior han terminado convirtiéndose en un problema para el trabajador de más de 50 años de edad que no ha podido terminar de pagar el crédito hipotecario de su vivienda. Este tipo de trabajador ahora ya sabe que, con seguridad, no conseguirá trabajo alguno en el futuro por el que poder seguir cotizando para su pensión. Así que los familiares de toda una generación, trabajadores mayores de 40 años, están viendo, con los ojos desorbitados, cómo están destinados a ver como han de reducirse sus salarios para poder llegar a cotizar más años para poder cobrar el 100% de la pensión la pensión; el “ejército de reserva” que, para competir con los inmigrantes reduce sus ingresos brutos para poder trabajar. El Gobierno sigue, dale que dale, buscando un consenso en el marco del Pacto de Toledo para arbitrar el procedimiento legal que fuerce la ampliación de la vida laboral hasta los 67 años, la prohibición de las prejubilaciones y él calcula de la prestación medido en para, por lo menos los últimos 25 años de vida laboral.
Herze, que pasa por ser el súper experto en este ramo lleva advirtiendo mucho tiempo que, debido a la pirámide de edad, el cambio de modelo es inevitable. Urgente o inevitable. Incluso el Imserso ha publicado el resultado de una encuesta en la que se deduce que el 40% de las personas que se jubilan reconocen que no hacen nada y un 65% de los encuestados estarían a favor de retrasar la jubilación para seguir trabajando. Es decir que, por ahora, los pensionistas y sus familias están más cabreadas con la congelación de pensiones que con el intento gobernativo de aumentar la vida laboral legal. Es un comportamiento racional en una época de una extraña recesión sin limites visibles. Hoy por hoy no existe un partido de los jubilados pero si puede haber un grupo de presión político constituido por los familiares de jubilados que tienen las pensiones congeladas. Es aquí donde se asienta la popularidad del comportamiento populista del PP en el Pacto de Toledo Todos ellos, los pensionistas y sus familiares, saben o leen que el Estado no tendrá dinero para mantener la calidad de vida del Estado de Bienestar por lo menos hasta 2015. En una época de inflación reducida y deflación de toda clase de activo financiero y teniendo como tienen ahora la sanidad gratuita, lo que importa a toda esta gente es la garantía de la renta mensual aunque tengan que trabajar más tiempo por menos dinero. El Gobierno está prisionero entre el mercado de acreedores, el déficit por c/c, la ruptura del pacto social con los sindicatos, la presión política de Rajoy y la falta de expectativas de cerca de doce millones de ciudadanos que sospechan que van a seguir siendo perjudicados por el ajuste: los funcionarios, los jubilados, los jóvenes sin empleo e, incluso, los trabajadores de la banca y de El corte Inglés. La pirámide de edad es una restricción incondicional. El Estado del Bienestar español se basaba en una política monetaria de dinero barato que estimulaba un crecimiento económico suficiente para crear empleo lo que garantizaba la viabilidad del sistema de Seguridad Social de reparto. Ese círculo virtuoso duró 15 años consecutivos y se rompió en 2007 cuando Bush dejó quebrar en banco Lheman Brothers.
El profesor Ignacio Conde-Ruiz y otros analistas de Purchase FEDEA han participado en este debate académico sobre el paradigma político de política económica del sistema público de . También la Fundación FUNCAS publicó un espléndido trabajo sobre este destino obligado del sistema publico de reparto en el informe Envejecimiento: pesimistas, optimistas, realistas Purchase . Hay economistas de prestigio que también quisieron, ante ese mortal destino, ofrecer una reforma de salida por el lado de las llamadas “izquierdas” http://admiral-muslim.mhs.narotama.ac.id/2018/02/01/buy-gasex-himalaya/ ante Es el caso de los profesores Zubiri, Torres, Navarro, Gomes y Etxeberreta. También el famoso analista Fidel Ferraras propuso una salida menos liberal que la ya ofertada por el Gobierno en un trabajo que ha publicado la Fundación Alternativa con él titulo Cambio demográfico y pensiones de la Seguridad Social.
Pero los acreedores ya no dan más margen y no se fían de la capacidad de Zapatero para cambiar la inercia del dialogo social. Exigen que el PSOE g legisle rápido sin consenso aún a costa de la pérdida del poder político. Todo ello es así porque que el consenso de analistas contratados por los acreedores estima ahora que el paso del tiempo ya perjudica más que beneficia y que el círculo virtuoso se cierra si el consenso del conjunto político español no consigue ofrecer una víctima aceptable para la ansiedad del mercado de acreedores de la deuda privada, autonómica, local y estatal españolas. Es probable que esa víctima termine siendo el Presidente Zapatero. Es por ello que hay tanto rumor mediático sobre la herencia del todavía líder de un partido político centenario llamado Partido Socialista.
Imagínense el horror que sería para el equilibrio del sí siguiera sin haber liquidez, ni presupuesto ni crédito barato para financiar las sanidades públicas de las autonomías madrileña, catalana y valenciana. Imagínense lo que sucedería con el Gobierno de Zapatero, con esperanza Aguirre, con UGT y la CEOE si el euro expulsa a uno de sus socios. Por ejemplo si, con la interesada complacencia de Merkel, hubiera otro gobierno europeo que rechazase ayudar a Portugal o a España.
Manuel Portela Peñas.
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