Estados Unidos y Europa se dan la mano en la lucha antiterrorista
La declaración aparca las diferencias abiertas durante la presidencia de George W. Bush
SERGIO HEREDIA – Madrid
Luxemburgo, en el corazón de Europa, presenció ayer el cierre de algunos asuntos pendientes entre Europa y Estados Unidos, reminiscencias de la presidencia de George W. Bush: en los despachos del Consejo de la UE en materia de Interior se trataron cuestiones como la prisión de Guantánamo, los vuelos indiscriminados de aviones de la CIA sobre el espacio aéreo europeo o el uso de formas de tortura contra presuntos terroristas. Los Veintisiete y la Administración Obama se comprometieron a trabajar de la mano desde ahora. Lo harán a través de la declaración de Luxemburgo, uno de los objetivos de la presidencia española en la UE, que ya da sus últimos coletazos.
«En adelante, nuestra estrategia contra el terrorismo será compartida al 100%», dijo, satisfecho, Alfredo Pérez Rubalcaba, el ministro del Interior. Lo cierto es que el semestre español ha cundido. Había rendido frutos en enero, con la Declaración sobre Seguridad Aérea de Toledo (ese día, se intensificó el control de pasajeros en aeropuertos), y va a verse redondeado en el tramo final.
Apoyándose en conceptos como «firmeza y tolerancia», el documento prohíbe las torturas de presos y sospechosos, denuncia los estereotipos discriminatorios por raza o religión, se compromete a un equilibrio entre el intercambio de información y la protección de datos personales, garantiza el juicio justo de los terroristas y el castigo de los funcionarios que abusen de su posición, promociona el reparto de información sobre financiación terrorista y se permite lanzar una petición de ayuda a la sociedad civil: «Que (la población) ayude a aislar el terrorismo y lo despoje de su falsa apariencia de legitimidad», solicita la declaración.
Estados Unidos ha recogido el guante. Philip J. Crowley, subsecretario estadounidense de Asuntos Públicos, difundió un comunicado para agradecer «el esfuerzo de la presidencia española en la cooperación transatlántica».
Sus palabras echan el cierre a algunas diferencias abiertas durante la era Bush, algo que admiten algunos implicados. «Al final de la administración Bush, todos estos problemas estaban dificultando nuestras relaciones – admitió Gilles de Kerchove, coordinador antiterrorista europeo-.Desde ahora, se va a ayudar al presidente estadounidense a pasar de la guerra global contra el terror a la estricta aplicación de la justicia en esta lucha».
Algunos de estos aspectos ya se encuentran en marcha. Europa ha acogido a una veintena de presos de Guantánamo, requisito imprescindible para el cierre de la prisión, uno de los compromisos de Obama. Dos de estos reos – un palestino y un yemení-están en España. Otros tres deberían llegar a territorio español en los próximos meses.