Le diré por qué se proponen estas cosas. Primero, obviamente, porque venden. Basta ver el revuelo mediático de un discurso intrascendente. Segundo, porque a los gobiernos no les complica su panorama interno, no tienen que destinar dinero de su presupuesto a políticas que benefician a otros. Fíjese, si no, en los problemas para justificar las magras políticas de ayuda al desarrollo en un momento de escasez como el actual. Además, dependen de lo que digan los otros porque, claro, no se puede imponer en solo país (¿por qué no una tasa sobre los activos de los bancos nacionales y destinarlo al mismo fin?). Y, finalmente, porque a los ciudadanos les reconforta. No se tienen que enfrentar al problema. Que lo financie otro, ese de allí que además es malo malísimo. O que se financie con lo que recauden por el fraude (esto siempre es una buena excusa porque siempre es otro el que comete el fraude). ¿Acaso no es esto hipocresía?
En fin, ya ve que no hay nada como cortar un zapato por televisión.