Los obispos salen en defensa de la nación catalana tras el fallo del TC
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La Iglesia catalana pide respeto a «la dignidad y los derechos fundamentales de los pueblos»
JOSEP GISBERT – Barcelona
Los obispos catalanes no han querido pasar por alto la situación creada en Catalunya tras la sentencia del Tribunal Constitucional contra el Estatut y en el encuentro que han mantenido entre el lunes y el miércoles de esta semana en La Seu d´Urgell – la reunión número 195 de la Conferència Episcopal Tarraconense-han tratado la cuestión. Y, según un comunicado difundido ayer, han reafirmado, con palabras tan comedidas como medidas, su defensa de la nación catalana y de la identidad nacional de Catalunya.
De forma muy sutil – en realidad sin ni tan siquiera citar explícitamente ninguno de los conceptos clave (nación, Estatut, Tribunal Constitucional…)-,los prelados manifiestan su «preocupación» por el «momento actual que vive Catalunya» y, aunque reconocen que no les corresponde promover una «solución política determinada», se declaran dispuestos a colaborar para que los «caminos» que se tomen «reconozcan y respeten la dignidad y los derechos fundamentales de las personas y de los pueblos». No concretan cuáles han de ser tales «caminos», pero remiten su posición a un precedente tan emblemático como elocuente: la pastoral Arrels cristianes de Catalunya,de 1985 y de la que en diciembre se cumplirá un cuarto de siglo.
«Nos reafirmamos» en un documento «que pide una nueva reflexión y que continúa siendo un referente significativo en las actuales circunstancias», subrayan los obispos catalanes. Y es que la pastoral Arrels cristianes de Catalunya fue todo un hito dentro de la historia de la Iglesia catalana, por cuanto trataba por vez primera, de forma directa y sin complejos, el «tema crucial de la nacionalidad catalana» y asumía la «línea de integración de la acción eclesial en los sentimientos más profundos del pueblo catalán», según ha escrito Bernabé Dalmau, monje de Montserrat, al comentar la relevancia y vigencia del documento veinticinco años después de su publicación.
Los prelados no van más allá en sus valoraciones, aunque abogan por que las opciones de futuro por las que, desde la pluralidad, se incline Catalunya se basen en «el diálogo y el entendimiento» y estén al servicio, en cualquier caso, de una «convivencia pacífica, justa y duradera». La reunión número 195 de la Conferència Episcopal Tarraconense la presidió Jaume Pujol, arzobispo de Tarragona, y tuvo dos ausencias, las de los obispos de Vic (Romà Casanova) y Sant Feliu de Llobregat (Agustí Cortés).