PALOMA DÍAZ SOTERO / Madrid
Los padres quieren Religión
Un 81% de los alumnos de Primaria cursa la asignatura por elección paterna pese a que no computa / La cuarta parte de los progenitores la ve como imposición de la Iglesia
Entre la realidad positiva y unas sombrías perspectivas. Así se encuentra la asignatura de Religión Católica en España, según un estudio de la Fundación SM basado en los alumnos que la cursan, sus padres y sus profesores.
Siempre teniendo en cuenta que es voluntaria y no computable para las medias académicas, puede presumir de que un 43,8% de los alumnos de Bachillerato la elijan, máxime cuando «si optan por no cursarla, tienen dos horas menos de clase y se marchan a casa antes», observa el autor del estudio, Carlos Esteban. En los centros religiosos, la cursa un 99% de los bachilleres; en los privados no religiosos, un 52%, y en los públicos, un 29,4%.
La investigación, realizada mediante encuestas a 2.182 familias, 3.808 alumnos y 433 profesores de Religión, también aborda a iniciativa de quién estudian los chavales la materia. Mientras que en Primaria, donde la cursa el 81% de los alumnos españoles, son los padres los que toman la decisión, en Secundaria y Bachillerato la elección es mayoritariamente de los estudiantes.
Los padres de los alumnos de Religión se definen católicos (88% de las madres y 77% de sus maridos), pero sólo un 24,7% son practicantes.
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Su percepción de la asignatura es buena, e incluso mejor que antes. El 77,5% se define satisfecho o muy satisfecho, un porcentaje 10 puntos superior al resultante de una encuesta similar realizada hace una década.
Pero los augurios se tornan oscuros. Al menos, el autor del estudio considera «preocupante» que el 28% de las familias crea que la materia acabará por desaparecer. Y lo que es peor para la imagen de la asignatura y de la Iglesia: el 24% de esos padres cuyos hijos estudian Religión (la mitad por voluntad suya) percibe que la clase es «un privilegio de la Iglesia más propio de la dictadura franquista que de la democracia».
«Parece que pervive la imagen de la asignatura como una imposición de la Iglesia, pero sorprende que lo piensen padres que optan por que sus hijos la estudien», resume Carlos Esteban. Podría interpretarse incluso que la eligen, pero porque se sienten obligados o abocados a elegirlo. Según el autor, es un problema exclusivo de España, ya que en otros países europeos no se tiene la sensación de que la materia sea un problema y está perfectamente integrada en el currículo.
En opinión del autor, «si la gente identifica la asignatura como una reivindicación de la jerarquía eclesiástica es porque se ha hecho una mala pedagogía social de la materia y no se ha explicado bien». «La gente ha percibido que la Iglesia ha defendido su bastión más que un derecho de los padres», añade.
En el aula, el 80% del profesorado de Religión tiene claro que los problemas que tiene la asignatura son políticos, no pedagógicos.
Por otro lado, uno de cada cuatro padres elige la materia no por cuestiones de fe, sino por los intangibles que imprime: responsabilidad, sensatez y cultura general.
El estudio aborda también la opinión de los estudiantes sobre la asignatura y sus valores personales. Más de la mitad no la considera entre las más importantes, que resultan ser Matemáticas, Lengua e Inglés. Pero un 27% dice que si no fuera por las clases de la materia, no sabría nada de religiones -no sólo se estudia la católica-.